El amante perfecto

 El amante perfecto, no es aquel que no tiene defectos, es aquel que te hace sentir feliz, en cada encuentro.

Que te hace olvidar por un instante de tu mundo, con ese calor tan intenso y tan profundo, que te sujeta entre sus brazos, y más que hacerte el amor, hace que vivías por un rato.

Es aquel que recorre toda tu hidrografía, y se detiene en una zona vacía, sin descuidar los detalles más pequeños, y a los que le pone su mayor empeño.

El amante perfecto, es aquel que no sabe de reclamos, sino más bien te pregunta ¿a! ¿Dónde vamos?... y que se desvive por hacerte sentir una reina, aunque le toque hacer malabares para pagar la cuenta.

Y es que, sin darse cuenta, es tu fiel servidor, no solamente el que te hace un favor, sino que sabe lo que necesitas cuando te hace el amor.

El que te trata como una dama, aunque cuando estás en su cama, seas una fiera en llama, a él le da igual si estas de frac o en piyamas, total solo quiere hacerte sentir, que estas viva y que siempre te quemará con su flama.

El amante perfecto no te retiene o te juzga, total sabe que los dos están juntos por que se gustan, y al final del día, regresas a tu casa, con lo bien que con él disfrutas.

Solo recuerda que, si de amante lo pasas a principal, siempre quedará el puesto vacante, para que, de seguro, en un espacio no muy lejano, se convertirá en tu nuevo amante.