Un día, apareciste en mi camino
sin haberte buscado, te trajo el destino
en realidad no te esperaba
aunque confieso, que eras lo que deseaba.
Tú, con tu rara belleza e inteligencia precoz
me hiciste que volviera a creer en el amor
que dejara atrás mis días de tristeza
e imaginara momentos de de inmensa alegría.
Yo, un eceptico empedernido
creí que era solo un espejismo, que me había parecido
intenté asimilar tu presencia, y trataba en vano de negarme
a poder llegar a aceptar, que está vez alguien podría amarme.
Y desde aquel instante me convertí en otra persona
que miraba sentía cositas lindas, en cada momento
que me desvivía solo por abrazarte
y a cada rato, quería amarte.
Cada lugar que recorrimos, fue tan especial
fue algo no planeado, fue algo tan normal
que compartir una escapada a escondidas
era como estar en el cielo, aunque estabas comprometida.
Mirarte de reojo en las reuniones
solo hacia que se aceleraran más nuestros corazones
y buscamos la menor ocasión
para darle rinda suelta a nuestra pasión.
Hicimos muchas lokuras, que parecíamos adolescentes
no nos importo lo que pensara la gente
y cada beso que nos dábamos, era como conquistar el más alto nevado
que el calor de nuestros labios, nos derretian, y se hacían agua los helados.
Tus ocurrencias y tus lokuras
fueron causa de muchos momentos extraordinarios
que aun llevo en mente, todo aquello que disfrutamos a diario
tus repentinas acciones en secreto, como enseñarme el busto después de una reunión
hacía que te amara mucho más que, que se reafirmará el amor.
Los momentos de la pasión que tuvimos
fueron tan intensos, que ahora están presentes como el primer día
y los disfruto en mi mente, como aquello que nos unió y nos quitó el aliento
esa entrega postrera, fue la más inusual que haya experimentado
y fue el último momento, que pude recorrer tu piel, y de eso ya son dos años.
He tratado de olvidarte, de no escribirte, de no pensarte
más este sentimiento me está quemando, me deja desarmado, me está matando
he querido entender tus razones, de evitar a toda costa hablarte de mis emociones
más es imposible explicarle a mi corazón, que no es desamor de tu parte, sino que no puedes lidiar con este sentimiento.