Tarde comprendí. Que ella de amor no moría
Ella superaba todas las barreras
Y sus heridas...como una felina, se lamia
Había perdido muchas batallas
Pero todavía seguía dando guerra
Y por más que la lastimaran. Nunca desmaya
Seguían sangrando sus heridas
Pero a pesar de eso. Sonreía todos los días
Aunque por dentro ...sentía que moría.
Tan natural se la veía sin complejos
Siempre altiva y con buen porte
Nadie en realidad sabía...lo que padecía
Era inevitable no percatarse de su presencia
Pues siempre se notaba su gran figura
Esa que a muchos les quitaba la amargura.
Era bella e indomable, ruda y tierna
Con carácter de hierro y ternura de algodón
Se acomodaba a tu forma de sentirla...
Aunque no la entendiera. Ella sabía lo que tú eras
Daba cada paso muy calculadoramente
No dejaba que por lo menos a ella te acercaras...
Hermosa como nadie...
De inteligente suprema por afuera
Y casi una salvaje …una fiera.
De amor ella no moría
Se moría de ganas de conquistar nuevos retos
De saber que todo lo que lo tuviera por delante lo arrasaría...
Ya con la llegada de los años ...
Sintió que por dentro se hacía daño.
Pues ese temple de mujer que tenía...
Le habían quitado el amor...toda su alegría
En vano era a esas alturas quejarse
Solo le quedaba al momento acomodarse
Y vivir de remembranzas, nunca vividas
Sintiendo ahora sí... que, de soledad, si moría...