Fuimos instante, como el sol que roza la piel antes de esconderse.
Fuimos verdad, aunque breve, aunque sin mañana.
Nos amamos sin calendario, sin planes, sin testigos.
Y aunque el tiempo nos llevó por caminos distintos, no borra lo que ardió en aquel cruce de almas.
Fuiste mi refugio, mi temblor, mi certeza fugaz.
Hoy no estás, pero no te has ido del todo.
Porque hay amores que se van, pero no se pierden.
Se quedan en la memoria, en el aroma de un café, en el eco de una risa, en el parque donde nos dimos el primer beso.
Fuiste. Y eso basta. Aunque ya no seas.