Inolvidables, los besos que nos dimos
los momentos en que nos perdimos
por laberintos de pasiones retenidas
y que fueron poco comprendidas.
Inolvidables, los abrazos que tuvimos
que el calor que nos invadía, no la percibimos
solo nos dejamos llevar por el impulso
de poderte sentir a mi lado, sin que importe el mundo.
Inolvidables, los gemidos provocados
en aquellos encuentros donde soñamos
con llevarnos dentro en cada movimiento
que nos dejara felices en todo momento.
Inolvidables, aquellas frases que te enamoraron
y que fueron el inicio de un idilio que te provocaron
sudores intensos en las noches
mientras en la cama de otro, hacías de todo y con reproches.
Inolvidables, escapadas por la mañana para podernos amar
donde no había tiempo para pensar, solo para soñar
y recorrernos toda la piel
y saciarnos de toda esa miel.
Inolvidables, los latidos de mi corazón
que se agitaba tratando de entrar en razón
y sucumbía antes tus gestos
aquellos que los llevabas a otra dimensión.