Si no fuera un mentiroso empedernido
diría que no me afecta haberte perdido
más como las mentiras casi siempre son piadosas
las daré por cierto, las que están allí y parecen otra cosa.
Nada de aquello que tú puedas negar
será suficiente para que te pueda olvidar
pues esto no se trata de creer o no lo que se siente
sino ver en realidad quien es el que miente.
Y descubrirlo no es nada fácil
ya que podemos decir mil cosas y seguiremos siendo frágil
una negación o una mentira
siempre serán más fácil que darle razón al corazón.
Pues callamos lo que nos conviene
y no soltamos lo que a veces nos detiene
y no hablo de fuerzas o sentimientos
sino de aquello que realmente estamos sintiendo.
De nada vale mostrar que lo sentimos
pues en soledad, casi siempre nos mentimos
y dejamos que las lágrimas inunden nuestras ojos
y pretendemos creer que todo es parte de la vida, que no vamos a caer de hinojos.
Callamos o disimulamos el dolor
para no darles más motivos al corazón
así de esa manera no tendremos conflictos entre el y la conciencia
que muchas veces sale ganando, al dejarse llevar, por las apariencias.
Más amar por negación, es un caso perdido
pues nadie puede tener amor, en otra cama compartido
y quizás en su momento no lo vimos de esa manera y fue permitido
de disfrutar un amor, aunque este haya sido prohibido.