Una taza de café para dos
significaría que estemos en la misma ruta
que el aroma sea percibido con absoluta imaginación
que los latidos del corazón
sean más intensos.
Así el sabor es más placentero y el momento inolvidable.
Cada sorbo sabe a gloria, como los besos que forman parte de nuestra historia
y se fundieron besos y aromas
que es como un elíxir, y cada vez queremos más.
La taza humeante, está delante, como testigo de nuestra aventura
y lleva grabado los instantes más bellos que saben a pasión
aquellos momentos que disfrutamos con infinita imaginación.
Derramo un poco de café tibio sobre tu ombligo
y tú lo asimilas, es un afrodisíaco, estás conmigo
eso nos permite llegar a lugares insospechados
de los cuales pensábamos que ya estaban olvidados
más en cada sorbo que de tu ombligo tomo
es como beber de la fuente del placer
que me deja inquieto y a punto de enloquecer.
Bendito café que con su aroma me enreda
y junto a tus labios, de amor me desesperan
y trato de agitar la taza con su contenido
y desearte más, es lo único que he conseguido.
Estamos por quedarnos dormidos
y la luna hace rato que se escondió
al parecer observar este romance, no resistió
y nos dejó a nuestra suerte, para que sigamos de amor, complacidos.
Ya casi desfallecidos, nos damos tiempo para otro café
está vez con aroma de triunfo, pues la faena ha sido extenuante
que tomados de las manos
observamos de nuevo la taza humeante.