Aplaudía y aplaudía
Cuando su hijita se divertía
Lanzándose al piso con la música
Aquella que no sabía de dónde venía.
Solo le daba gozo verla bailar
Y poco a poco sus prendas quitar
Son cosas de niño decías
Cuando frente a ti lo permitías.
Y así fue creciendo
Y en su interior iba creyendo
Que las cosas que por diversión hacia
Era algo normal, pues tú lo consentías.
Luego llegó la adolescencia
Y con ella también la desobediencia
Ya no hacía caso a tus reprimendas
Y para así se decía "vieja ridícula, para que aprendas".
Ella hacía lo que quería
No hacía caso a tus reclamos y tampoco a lo que le prohibías
Te trataba como basura
Y pensabas que había perdido la cordura.
Estabas confundida y pensativa
Pues había dejado de ser esa niña comprensiva
Aquella que tu mirabas bailar danzas de adultos
Y si alguien te lo mencionaba, lo tomabas como un insulto.
No dormías de solo pensar donde andaba
Que cosas hacía, mientras en casa no estaba
En vano te dabas golpes de pecho
Tenías que aceptar, el daño estaba hecho.
Un día te llego con el abdomen abultado
Y echaste a llorar por lo inesperado
Ella te miraba con cierto resentimiento
Como queriendo decir" mamá, mira lo que has logrado por tanto consentimiento".