Esperé tanto por ti, que cuando te tuve
me embriague de tus besos, de tus caricias, de tu sonrisa.
Deje la pasividad y también la prisa, me motivaste a amar con el alma, con guante de seda, con miradas frágiles.
Quedé tan impactado, que te pensaba noche y día
que te besaba mientras dormía
y cuando caminaba, en cualquier lugar, te veía.
Fue tu sonrisa disimulada, la que me derretía
que elevaban mi autoestima, cuando la observaba
y esa mirada intensa, que, a otra dimensión, me transportaba.
Te amé con todo el corazón
que aun siento esos momentos de emoción
cuando nos entregamos por completo a la pasión.
Sin dejar lugar sin recorrer
fuiste mía, fuiste mi mujer
y no habrá sentimiento parecido, al que provocaste en todo mi ser.
Y más allá de lo físico
nos unió el amor sincero, aquel que se lleva como un tatuaje grabado
y por más que queramos borrarlo, será eterno, no habrá forma de quitarlo.
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