Al borde del abismo
retrocedo el tiempo
para fijarlo en mi recuerdo
siento tus besos.
Muerdo mis labios
para saborear la miel
me me eriza la piel
traigo prisa.
Me acompaña tu sonrisa
esa muy disimulada
capaz de desnudar mi Alma
dejé la prisa, tengo calma.
Siento tu susurro
lo escucho en mi pecho
lo traslado a mi lecho
es un espejismo, no estás.
Mi mente escucha, como vas
regreso la mirada
mas en mi cama no hay nada
más que la almohada.
Ella no habla
solo mira y se calla
ya está amaneciendo
y la tortura va muriendo.
Me espera otra jornada
sin ti, simplemente es nada
deslizó mi mano a mi corazón
este responde, con un sacudon.
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