Con la mirada perdida
voy transitando por esta vida
sin comprender el porqué de tu partida
sin un adiós, sin una despedida.
Se que nada dura para siempre
y que el tan solo hecho de recordarte, me hace sentirme diferente
nada es igual desde que no estas presente
salgo a la calle a buscarte entre tanta gente.
Como saciar estas ganas locas de besarte
cómo cuando tumbados en la cama, muchos de ellos me regalaste
lo hacías sin pudor y tus pechos me dejabas tocarte
al mismo tiempo que en tu geografía me gustaba deleitarme.
Me cuesta imaginar, que razones tuviste
para hacer lo que hiciste
salir corriendo de nuestro escondite
aquel que era nuestro refugio de amor, así lo dijiste.
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