Que la vida nos permita ser originales
y no copia de nadie
que podamos caminar libremente, sin miedos a caer
y si nos caemos, que seamos capaces de levantarnos
sacudirnos el polvo y empezar a caminar nuevamente.
Que un no sea solamente una puerta que se cierre y no una pared que nos impida avanzar
que la sonrisa sea nuestro pasaporte hacia la felicidad
y que tengamos la fuerza para soltar todo aquello que nos ate y nos impida crecer.
Que lloremos todas las lágrimas que tengamos que llorar
y que la risa no sea una imposición, sino un instrumento para curar viejas heridas
que quizás hayan intentado hacernos tambalear.
Que la vida nos premie y nos castigue
que nos aplauda y nos fustigue
que cada amanecer sea el pretexto para hacer de nosotros mejores personas, no por complacer a los demás, sino por sentirnos felices, sin que nada ni nadie nos lo impida.
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