Tan paciente como impaciente se vuelve el ser humano con el paso del tiempo, y muchas veces se calla la cosas por no traicionar sus conceptos, o simplemente por no defraudar a las personas que el o ella confían.
Al mirar de frente unos ojos claros, se puede ver el mar en toda su inmensidad
El cielo con todo su esplendor
Y el amor perpetuo al mismo tiempo
Y nos quedamos con ea imagen grabada en la mente, pensado que la juventud de a poco se está esfumando, más los resagos de la belleza pura todavía se conserva de forma indómita y sin querer disimularla, aprecen algunas arrugas que hacen el marco perfecto para la imagen que queda grabada para la posteridad.
Ningún aliento que exalemos, será lo suficientemente grande como para poder expresar lo que esa tierna imagen refleja y proyecta hacia los demás, una mirada llena de bondad y de carisma; llena de apoteosicos detalles que hacen que los fulgurantes destellos que emanan, sean como tiernos rayos de luz que invitan a admirar admirarlos y a recordarlos por siempre.
Más mencionar eso sería considerado como una herejía, pues sus pies y sus huellas son de otra época y pertenecen a un caballero andante que ha sabido apreciar todo aquello que ha tenido por delante, más no hay prejuicio en mis escritos, ya que no soy el dueño del deleite ni tampoco el soñador de bienes ajenos.
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