Desayuno con esfuerzo

Cuando las circunstancias de las carencias golpean tu puerta, no solo entra a tu casa, sino que también se instala en tu vida. Esa vida de necesidades que tú no elegiste, pero que sin embargo te toca afrontar.

Con apenas 10 años de edad, Roberto atravesaba esa circunstancia, pues tenía que asistir a la escuela, muchas veces sin desayunar, la falta de recursos económicos era notorio en su casa, dónde los pocos ingresos generados por su padre. apenas si alcanzaban para una o dos comidas al día.

Siete hermanos, más sus padres eran una familia numerosa; un día al llegar a la escuela, observaba que algunos niños hacían fila en un rincón del establecimiento y le generó curiosidad, se acercó a indagar para que era la fila.

Se colocó al último y trataba de observar que sucedía adelante, hasta que a escasos metros veía que un docente anotaba en una hoja los nombres de los enlistados, no sabía para que era, más dió su nombre y espero a ser llamado.

Luego de una espera corta, apareció el docente con un pito en la boca y les dijo¡ Acá se forman los que van a entrenar atletismo, y acá los que van a entrenar fútbol!.

¡Los de atletismo tendrán un refrigerio al finalizar el entrenamiento!

Roberto no lo pensó dos veces y se colocó en la fila de los de atletismo, aunque en sus adentros sabía que no tenía aptitudes para ese deporte, vio la oportunidad de poder desayunar por lo menos mientras duren los entrenamientos.

No tenía indumentaria para realizar las prácticas y lo hacia con el pantalón remangado y sin zapatos, lógico que las condiciones no eran las óptimas; más el sabía perfectamente cuál era su objetivo ¡desayunar!.

Así transcurrieron aproximadamente 45 días, en que Roberto se sentía con fuerzas, y había tenido un rendimiento escolar muy por encima de su desempeño anterior, pues al estar alimentado por las mañanas, no se dormía en clases, asimilaba las enseñanzas del profe, estaba más alegre.

Lógicamente que no fue escogido para representar a su escuela en la disciplina de atletismo, pero aprovecho un espacio, el cual le dió la oportunidad de dar su esfuerzo para conseguir un objetivo, aunque no fuera por siempre, más eso le dió impulso y así salir adelante en la vida.