Esa mirada de tristeza profunda
No dice sino, que estás buscando muy dentro de ti.
Esa tabla de salvación, que sea en el momento oportuno y que te permita liberar tu corazón
De aquellas vicisitudes que ha pasado
Y que te ha hecho, que ya no tengas confianza en el verdadero momento que tengas paz absoluta
Y que puedas respirar profundo y sentir por dentro, todo aquello que pretendes tenerlo.
La vida no es fácil, es compleja. Más cuando alguien te tiende la mano , llega el instante de tomar desiciones
Y saber sobreponer lo lógico y las emociones.
Ya que al estar intentando ocultar una realidad
Lo único que hacemos es escondernos dentro del caparazón del olvido
Y lanzamos un suspiro profundo
Y no permitimos salir de ese agujero
Y nos hacemos la retórica idea que algún esa persona que está a nuestro lado, se dará cuenta de lo que anhelamos y lo que deseamos construir junto a ese ser.
Y mientras eso nunca sucede, nos dejamos embargar muchas veces por la nostalgia
De haber podido ser diferentes y dejarnos guiar y amar de forma sincera por otra persona que si vio en uno, esa bondad, ternura, capacidad, y sobre todo el gran potencial que tenemos para amar.
No hay tiempo perdido
Solo momentos mal invertidos
Que poco a poco nos fueron llevando a la monotonía
De poder vivir cosas repetidas, todos los días
Cuando la verdadera relación de pareja
Muchas veces va más allá de lo que se refleja
Y son aquellos momentos y detalles
Que los llevamos en el alma por siempre y no hay ni vientos ni mareas fuertes, que nos roben ese instante.
No es pecado ser feliz
Pecado es ser infeliz tratando de cambiar algo a alguien
Más esa tarea no nos compete
Debemos dar y recibir, lo que tenemos por dar y lo que deberíamos recibir de vuelta.
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