El roce de tu piel tan cercana,
enciende en mí un fuego que no se apaga.
Todo lo vivido antes,
se disuelve como arena en el viento,
un espejismo lejano,
una sombra sin sustento.
A tu lado, la realidad se expande,
cada instante se vuelve eterno,
cada suspiro, un universo.
Lo que ayer creí completo,
hoy se revela vacío,
porque solo contigo
la vida se siente verdadera.
Tu presencia borra las huellas del ayer,
y me enseña que el amor no se imagina,
se experimenta, se respira,
se graba en la piel,
como un milagro que no admite dudas.
Dudas que se fueron con el viento,
el cual ha sido mi confidente,
pues te busqué entre tanta gente,
hasta llegar a conquistarte.
Hoy, tus ojos son mi destino,
tu voz, la brújula que me guía,
y en tu abrazo descubro
que no hay más espejismos,
solo la certeza infinita
de que contigo comienza la vida.
Y si el tiempo intenta borrar lo vivido,
que sepa que en tu alma me quedo,
porque no hay final posible
cuando el amor se escribe
con la tinta eterna de nuestros sueños.
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