El fugaz paso de la felicidad

Yo me creía valiente,  

pues hasta ahora solo había pasado las etapas de la vida... 

Por pasarlas....

Sin detenerme a examinarlas o a echarles un vistazo más profundo, para que decía.  

Ya me pondré al día para mirarlas......

Caminaba por las sendas de las ilusiones, de aquellas que te hacen volar sin tener alas.

De las que subes de golpe, como si fueran gradas que las vas saltando y llegas a la cima, casi sin tocarlas….

Divagaba en mis pensamientos de que algún día acariciar y poseer un rostro joven y Una silueta de corte perfecto.

 
Y dibujaba en mi memoria Cómo sería aquella mujer que fuera echa sin defecto...
El valiente se convirtió en fortachon.

 
Pues el momento que esperaba y la silueta perfecta llegó a mi corazón.
Y la tuve entre mis brazos. La acaricie con mucha dulzura....
Algunas otras con frenesí y también con ternura...
Me sentía muy afortunado,  creía que al fin sería el valiente que soñaba  que algun día me convertiría....
En las noches repasaba en mi mente,  todos los momentos que en el día vivía....
Cada detalle, cada sonrisa, cada gesto. Cada movimiento,  cada gemido. Cada beso, cada estremecimiento. Más ya no podía.
Y despertaba cada mañana renovado, con ganas de seguir soñando.
Daba gritos de emoción y de felicidad perpetua, tenia motivos, estaba amando.
Amaba Hasta sus defectos y todas sus virtudes. Su boca sabor a miel.
Todos sus detalles, que se me impregnaban  en la piel...
Tenia en los labios sabor a mágicos besos.
Y en el alma, latigazos de ternura y y el cuerpo marcado por arañazos traviesos.
De pronto un día vino lo que debía de suceder, pero que yo Estaba retrasando.
El momento de despertar del sueño esperado, y que ya estaba los límites rebasando. ..
Esta será mi despedida, disfruta todo lo que puedas.
Me dijo....Llenate de todas las emociones....
Has de este momento inolvidable, deja que por hoy nos invadan las pasiones....
Y nos fundimos en un solo cuerpo, en alma, pasión y sexo.....
En carrera contra el tiempo, ese nuestro peor enemigo, nos vio extasiados quedar adormitados y casi sin poder retomar la cordura. Nos dimos un simple Adiós. Un apretón de manos y una mirada profunda. Que diría más que mil palabras..
Un leve rose de sus dedos .fueron Lo último que mi piel tiene de recuerdo...

Rosendo Villavicencio Ch
18 Marzo 2109