Alejarse no es renunciar

Alejarse no es renunciar

muchas veces es necesario dejar de luchar

para encontrar en otra medida
esa felicidad que ha estado escondida.
Me alejo y no es para siempre
es solo hasta que las flores aparezcan en septiembre
etapa del año de colores exuberante
que hace magia al instante de besarte
o puede que sea en enero
donde germinó mi amor primero
lleno de música y poesía
de risas, llanto y fantasía.
Alejarse no es renunciar
es poder tomar vuelo
y esperar al amor que quiero
que siga presente en mi conciencia
para amarla con más tesón con más paciencia.
Así como las olas al mar
que cada mañana vuelven a besar
las arenas de distintos sabores
que cada día son mejores.
Alejarse no es renunciar
es simplemente dejar por un rato de soñar
para cuando regreses en mis brazos te pueda tomar
y así eternamente, poderte amar.
Por ahora no puedo quedarme
quiero estar contigo, pero tengo que ausentarme
a descubrir nuevos mares
a seguir desechando, todos mis males.
Alejarse no es renunciar
Es hacer del nido una fortaleza
y dejar que los árboles florezcan
para percibir su aroma cada día
y poderte decir, te amo todavía.
Alejarse no es renunciar
es desde adentro poder escuchar
esa voz que te impulsa a desear
estar con esa persona y poderla eternamente amar.