El amor que te profeso,
es más grande que mi propia voluntad,
y hoy te lo confieso.
Aunque no haya nada que dure una eternidad,
este amor que me impulsa,
y es el mayor motivo para seguir existiendo.
Aún en los momentos más difíciles,
mis sueños los llevo conmigo,
muy a pesar que sean mi angustioso tormento.
Amarte es mi devoción,
Y por amarte sigo viviendo,
aunque debo confesar, aveces siento que de a poco voy muriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por leernos