domingo, 30 de enero de 2022

El miedo

 El miedo es el sinónimo de que estamos vivos, el día que ya no lo sintamos, seguramente estaremos inertes.

Miedo tiene el rio al acercarse a su desembocadura al océano, sebe que una vez allí se diluirá y no tendrá esa gran fuerza que lo transporto por valles y montañas, que venció muchos obstáculos para seguir su camino, esa gran fuerza con que arrasó todo a su paso, será solo un recuerdo, pero no le queda de otra, no puede dar marchas hacia atrás. Aun así, sabe que pasará a otra dimensión y seguirá existiendo dentro del gran océano.

Miedo es no saber aceptar lo que tenemos y que muchas veces no lo vemos, miedo es dejar de sorprendernos por una hermosa sonrisa, por andar corriendo, por andar de prisa.

Miedo no solo es sentir escalofríos por un determinado paisaje, algunas veces tétrico o desolado, miedo es también no abrir el corazón para sentir el amor, y pensamos que como estamos, estamos mejor.

Miedo es atrincherarse en un pensamiento, que nos consume con el tiempo, sin dejarnos la más mínima posibilidad de ver un paisaje nuevo, y solo queremos vivir de aquello que se fue y que ya no es parte de nuestras vidas.

Miedo no solo es enfrentarse a lo desconocido, es también esconderse de lo que sabemos y que por el qué dirán nos dejamos opacar y seguimos sumergidos en un mar de indecisiones.

Miedo es huir de las sensaciones que se nos presentan en el camino, y las saltamos o las dejamos allí dormidas, o en ocasiones reprimidas y solo nos alejamos tratando de no sufrir o no enfrentarlas por no llorar y otras veces por no sufrir.

Miedo es reír y llorar, sentir dolor y no aceptar que sentimos y que hay algo que nos conmueve, y tenemos miedo de que nos vean sensibles, que nuestra fortaleza se quebrante y que nos tilden de cobardes.

Miedo es culpar a otros de nuestras desgracias y tratar de salir por la puerta trasera de la razón, dejando una gran estela de lágrimas y dolor con nuestra ausencia.

Miedo es sentir que estamos solos, que nadie nos quiere, que a nadie le interesamos, si muchas veces somos nosotros mismos que nos ponemos esas barrearas mentales, que nos alejan de lo sensible y nos acercan cada vez a lo que nos puede destruir por seguir teniendo miedo.

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