Esta noche la luna me ha susurrado al oído
y ha sido tan sutil su suspiro, que se asemeja al llanto de un niño
aquel niño que ve la luz por vez primera
que se me encogió el alma, era una quimera.
Nada más tratar de seguir escuchando
la melodía de sopetón ha ido cambiando
a una suave melodía, como aquellas que emiten los pájaros
que te deleitan al trinar, cuando se están apareando.
Tratando de asimilar aquel momento
he querido saber si estoy dormido o despierto
pues se me hacía raro disfrutar aquel encuentro
yo, un simple mortal, estar viviendo semejante
Mas la luna insinuada, me seguía susurrando al oído
y yo idiotizado, escuchaba todo aquello que me decía
y buscaba una razón para lo que estaba oyendo
en vano era, tratar de evadir aquel encuentro.
Los primeros rayos de sol, iban apareciendo
y con ello se fueron dilatando todos esos bellos momentos
de sentir el arrullo en mi oído
cosa tan espacial, que jamás había vivido.
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