Y nos quejamos por todo y nada
por un simple resfrió
o una leve raspada
y rezónganos cunado nos equivocamos
y nos damos golpes de pecho
y pensamos que no tenemos suerte
y no nos esforzamos por cambiar y ser diferentes
no dimensionamos lo que verdaderamente es sufrir
como acostarse en un catre, y tratar de dormir
o comer una sola comida
sintiendo que está muy pronto tu partida
y nos volvemos a quejar
sin pensar que unas calles abajo
un padre ha perdido su trabajo
que una madre complaciente
ha perdido a su hijo que se hizo delincuente
o que quizás una enfermedad terminal
le acaba de arrebatar la vida a un ser subliminal
pensamos que nuestros problemas son lo peor
que no podemos lidiar con ese pequeño dolor
cuando hay seres que deambulan por la vida
buscando en los basureros, un poco de comida
y tratan de aprovechar, que todavía no está podrida.
Nos lamentamos por todo y nada
por pasar en casa, comiendo ensalada
y no valoramos que por lo menos tenemos techo
y no como otros que de un puente su casa ha hecho
despilfarramos nuestra juventud
tratando de vivir a plenitud
embarazando a cuanta chica nos caiga por delante
sin pensar que esa vida, quizás no vio la luz
porque esa madre decidió no dejarla nacer
por el simple hecho que pensó enloquecer
al sentir como su cuerpo cambiaba
al ver como su vientre aumentaba
o como de nauseas en la mañana se llenaba
y decidió terminar esa vida, justo antes que llorara
Y nos lamentamos por todo y por nada
a veces por que la sopa estaba salada
o porque la mesa no estaba adornada
sin pensar que en cualquier otro lugar
hay una familia entera, que no tiene que cenar
aun así, esa familia, no se queja por nada
sabe perfectamente, que si se queja terminaran en una caja
con los pies descubiertos
con un epitafio sobre su tumba
"Aquí yace quien no se quejó por nada"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por leernos