lunes, 11 de julio de 2022

Una perdida

 Lidiar con una perdida, es la situación más inverosímil que podamos afrontar, ya sea por un incidente fortuito, una enfermedad terminal o simplemente por los llamados designios de la vida.

Negros nubarrones se ciernen sobre nuestras cabezas, sentimos que el peso de la perdida es más grande que el dolor que nos embarga en ese instante.

La tristeza nos invade, y la impotencia hace presa de nosotros y no atinamos a comprender el porqué de lo que ha sucedido y queremos buscar culpables y muchas veces nos culpamos a nosotros mismos.

Sea cual sea nuestra perdida, todos aquellos que la hemos experimentado, nos enfrentamos a algo que no lo podemos asimilar y que muchas veces la cargamos como una condena que nos acompaña a todas partes.

Nada de lo que hagamos nos puede devolver la calma y sobre todo devolvernos a ese ser que ya no está con nosotros, más somos aves de paso por este espacio terrenal y debemos aprovechar cada segundo para ser feliz y hacer feliz a los que nos rodean o se interesan por nosotros.

Cada quien siente su dolor a su manera y lo canaliza a veces de manera equivocada, es difícil sentirse en situación como esa, más siempre hay una luz que nos da esa esperanza que si nos hemos quedado aquí, es porque tenemos una misión que cumplir, y que es ineludible no asumirla.

Por eso debemos dar gracias a en lo que creamos, hoy es el momento de cerrar ciclos y empezar a vivir por nosotros mismos.

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