No estaba preparado para un adiós
Nadie creo lo está
sin embargo, tú lo hiciste
sin importar lo que pudiera pasar.
Juraste que me ibas a amar
que pase lo que pase
jamás me ibas a dejar
y a la primera escaramuza, te propusiste marchar
Pensaste que te iba a rogar
que por ese sentimiento tan puro
de rodillas iba a estar
te confieso que dolió, que fue como un puñal en el corazón.
Mas eso me sirvió para aprender
que por más que te juren querer
son solo palabras o calenturas
y que fácilmente es buscar nuevas aventuras.
Aun siento el aroma de tu piel
y en las noches saboreo en silencio tu miel
aquella que me dejaste como herencia
y la guardo en mi alma, con infinita paciencia.
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