Por ser sincero
me llaman embustero
y a veces mejor prefiero
callar y no decir te quiero.
Despierto trastornado
por los besos que no te he dado
que sin duda son añorados
y que siempre los he soñado.
Tengo miedo mencionar
que tengo besos que te quiero dar
y pasar por atrevido
y quedarme con las ganas, al no haberlo conseguido.
Miedo a que me rechaces
y que lejos te marches
que luego quiera buscarte
y no pueda encontrarte.
Por ser sincero
de amor a veces muero
y lo hago lentamente
al no poder decir lo que siento, abiertamente.
Pues las miradas inquisidoras
acusan a las almas enamoradas
y las tildan de pecadores
y no permiten que se amen de forma desaforada.
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