¡De pronto el amor me sorprendió!,
disfrazado de sonrisa alucinante,
como quien sabe deslumbrarte,
y sacarte de tu zona de cautiverio.
Llegó sin anunciar su paso,
como viento que rompe el silencio,
como luz que atraviesa la sombra,
y te recuerda que aún estás vivo.
No pidió permiso ni tregua,
se instaló en mis latidos,
y en cada mirada suya
descubrí un universo escondido.
El amor, travieso y eterno,
me enseñó que la libertad
no siempre se busca afuera,
a veces se encuentra en alguien más.
Justo cuando estaba por claudicar,
apareciste con tu cálido andar,
con esa mirada profunda,
y tu sentido del humor que jamás pude imaginar.
Me devolviste la fe perdida,
como quien enciende una vela en la penumbra,
y cada palabra tuya
fue un puente hacia la vida.
Tus gestos simples fueron milagro,
tu risa, un canto liberador,
y en tus brazos descubrí
que el dolor también puede ser transformador.
Así, sin aviso ni medida,
el amor se volvió mi guía,
y en tu compañía aprendí
que la esperanza nunca se retira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por leernos