jueves, 10 de junio de 2021

Orgullo

 Sentado en su pedestal, el rey León se lamia.

Por quererse comer una gacela, que hambre que tenía.
Pero por más que intentaba a ella acercarse
Su gran orgullo, no se lo permitía.
Esperaba imponente en su trono
Que viniera un súbdito a venerar a su patrono
Entonces a el le pediría
Que le cazara su comida.
Pues mucha hambre, el rey tenía.
Más pasaban las horas, y nadie venía
Solo había por los alrededores un ave de rapiña
Y era poco probable, que ese carroñero
Al rey le serviría.
Pues sentenciado estaba, que el carroñero
Comida para el también quería
Y no le iba a facilitar las cosas
Al rey León, a quien si temía.
El sol estaba en toda su intensidad
Y las barrigas de ambos, estaban vacias
El uno por orgulloso, comida no conseguía
Y entro por miedoso, no comía
Y así fueron pasando las horas
El sol en el poniente ya se despedía
Mientras tanto el León desfallecia
Y el carroñero para sus adentro se decía.
Comeré de una u otra manera
Será al rey o a la gacela al otro día
Y así llegaba la noche, y el rey estaba en agonía
Con el último aliento que mantenía
Lanzo un rugido, que estremeció a todos en la sabana
Y llegaron hasta sus pies, todos los súbditos, que a el le servían
Y presurosos se pusieron a cazar
Más a esa hora de la noche, solo a mosquitos podrían llegar.
Se acurrucaron junto a su lecho, para acompañar a su rey ya muerto
Mientras el carroñero esperaba aún despierto
Esperando el momento, para comerse al rey muerto.

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