Somos como dos árboles plantados,
cada uno a nuestro lado,
los vientos nos azotan,
y nuestra fortaleza todo lo soporta.
Somos como los guayacanes,
que soportan tormentas y huracanes
y sellan su amor,
con lágrimas de sangre y dolor.
Somos la paz después de la guerra,
que deponen las armas y de que manera¡¡¡
envolviensose en besos y abrazos,
con el alma rota y el corazón hecho pedazos.
Somos la pócima perfecta,
para seguir amándonos en círculos o línea recta,
y damos exalos de placer,
en cada noche, en cada amanecer.
Somos gigantes apasionados,
que quieren amarse sin tiempo determinado,
llevando este amor a otro terreno,
para seguir disfrutando de este amor, amor del bueno.
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