jueves, 3 de febrero de 2022

Lo que nos tocó vivir

Pasando revista de todas las situaciones que me han tocado vivir en esta pandemia, tengo que sacar a limpio muchas cosas; entre las más importantes puedo citar a las que me acompañaron como en una noche bohemia.

Y no precisamente porque este encierro lo haya dedicado a eso, la bohemia.
Sino porque de alguna forma temo resaca del encierro.
De haber estado muy lejos de los que tanto quiero.
Más esta situación es llevadera, al saber que, aunque no los puedas abrazar.
Puedes sentir su presencia al respirar.

Pero ese no es el punto esencial de lo vivido
Sino aquello que probaste sin haberlo pedido
El tener que pensar que no tenías la certeza.
Que después de dormir una noche, ibas a volver despertar cuando amanezca.

Y pensabas. para que necesito una vajilla de lujo, si solamente puedo usar dos o tres platos, y el resto se quedaban allí, en la esquinilla.
Para qué todas las camisas de marcas.
Si cuando me hubiese tocado partir, no necesitaría cuando me llevara la parca.

Confieso que tuve miedo a lo desconocido.
Miedo a lo que estaba detrás de lo que imaginábamos, o lo que escuchábamos.
Cosas que no estábamos acostumbrados a vivir y que solamente lo veíamos en escenas de Scorsese o Steven Spielberg.

Pero llegamos a vivirlo de primera mano, y lo más lindo es que nos salió lo mágico
Que muchas veces puede volverse en algo trágico
Más cuando lo vemos desde la óptica del optimismo.
Nos damos valor y seguimos confiando en que, al día siguiente, ya no será lo mismo.

Cada nuevo día fu una gran proeza
De esas que no atinas a saber con certeza
Si es verdad o solo ilusión
Que te da pulsada, que te acelera el corazón.
Y para que acumular cosas.
Si cuando las quieres usar, el destino te depara un camino incierto
Y sabiendo que lo que estás viendo es real.
Das la espalda a ese panorama.

Algunos fueron presumiendo de sus ostentosas mansiones
Mientras otros tenían que acinarse en los rincones.
Mientras unos hacían gala de su casa de descanso.
Otros solo tenían lo que podían conseguir en el campo.

Y así fueron pasando los días.
Llenos de, tristeza y de alegrías
Hasta que por lo menos pudiste salir a la calle un momento
Y darte ese abrazo, con el primero que te salió al encuentro.

Que hayamos podido sobrevivir de esta pandemia
Debe de dejarnos una gran lección
Y no por qué hayamos hecho una elección
Que somos tan frágiles e insignificantes
Que un famoso virus que se combate con alcohol y gel.
Nos tuvo de rodillas y tuvimos todos que pensar en él. 

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