Quise ser poeta. y me aventure a escribir
y poco a poco se fue volviendo mi forma de vivir
aunque de corazón lo confieso
no se si hice lo correcto o me equivoqué.
Al pasar el tiempo, todo se fue acrecentando
y por más que quería dejar de escribir, de verdad lo estaba disfrutando
las letras estaban hasta en mi sopa
y les juro que muchas veces olvidaba hasta cambiarme de ropa.
Y así el tiempo fue transcurriendo, estaba un tanto ansioso
hubo muchos días soleados y también muy lluviosos
que me llenaban de mucha alegría
y otros donde me invadía una total melancolía.
Pero escribir me estaba encantando, aunque cuando las letras tocaban al corazón,
era otra cosa, no sé si había pasión o razón
solo quería seguir escribiendo
y saltar cada página, cada historia que iba descubriendo.
Algunas llenas de infinita ternura
otras con extrema locura
que me dejaban con un mal sabor de boca
pues eran trágicas y ya se imaginarán las emociones que provocan.
Pero bueno, este camino sí que ha sido intenso y también llenos de problemas
y se han notado, en cada frase que, en un poema, he plasmado
pues no han dejado de aparecer algunas voces ajenas
que se han adueñado de mis escritos, y a los cuatro vientos lo han proclamado.
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