Un día partí
sin mirar atrás, solo me fui
dejando detrás de mi
el dolor y la tragedia
Tuve que ser fuerte
para no llorar, para no flaquear
aun con las ganas inmensas de marcharme
dentro de mí, quería quedarme.
Atrás quedaban vivencias, amigos y mi madre
que era para mí lo más importante
más la decisión estaba tomada
debía partir
Cada paso que daba
sentía que la vida se me alejaba
pues atrás dejaba
toda una historia soñada
Aunque no fui feliz completamente
pero estaba con mi gente
que de una u otra manera
fueron parte mía, mi compañera.
El marcharme
fue una decisión saludable
para encontrar mi propio camino
y labrarme mi propio desino.
Mas fuera de mi casa
la situación era muy complicada
aun así, hice lo imposible por seguir
y no darme por vencido y aprender a sobrevivir.
Y partí, no por rebelde
o por pura curiosidad
lo hice para poder demostrar
que nadie debe morir sin luchar.
Y aquí estoy
contando esta historia
ahora ya sé lo que soy
y vivo mi propia gloria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por leernos