En el supuesto no consentido
que te hayas marchado, llévame contigo
el suspenso de la soledad
me deja maltrecho, que fatalidad.
Y no es que le tenga miedo a estar solo
al fin y al cabo, en esta tierra
somos aves pasajeras
sin certezas de tu compañía
hago mil cosas para evitar la agonía.
No extraño tu prisa
pero si tu sonrisa
no me hacen falta tus palabras
pero si tus caricias en la espalda
aún tengo la imagen de tus gestos
aunque tengo que confesar, que me derrito por tus besos.
Entre amanecer y anochecer
siento mi cuerpo estremecer
y me hago la idea, de tenerte a mi lado
Aunque eso sea solo un deseo frustrado.
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