Sin evitar la mirada, está se hace más aguda
Y no porque tenga algún impedimento de por medio
Sino que esquiva el verdadero sentido de vuestra presencia
Que hace inminente safar el momento, para no caer en distracción.
Pues lo que por dentro provoca al corazón
Va mucho más allá que una tierna mirada
Que puede pasar por esquiva o disimulada
Al momento de reflejar un sentimiento.
Ya que un furtivo encuentro
Puede desencadenar latidos no consentidos
Que provoquen sentimientos que no puedan ser correspondidos
Y no pasar por poco cortes o atrevido.
Más las circunstancias en este momento
Son ya casi que permisibles
Pues los sentidos se agitan de forma invisible
Con el tan solo hecho de sentir su presencia.
Que hace que se pierda la cordura
Aquella que se mantiene por guardar las apariencias
Aunque es como una olla de vapor
Que no se sabe hasta cuándo podrá resistir el corazón.